diumenge, 27 de setembre del 2020

Reseña de "Calamares a la romana", de Emilio del Río (ed. Espasa)





¡Buenas noches de domingo a todos! Hoy vengo muy contento, porque voy a presentaros mi primera colaboración con Espasa Editorial (@espasaeditorial), a la que le agradezco desde el principio su confianza y su oportunidad y le informo de que no quepo dentro de mí desde que he terminado el libro del que habla este post. Se trata, nada más y nada menos, que de un libro de… ¡cultura clásica! Hoy os hablaré de “Calamares a la romana”, un libro de Emilio del Río, doctor en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de Filología latina de la Universidad de La Rioja. ¡Vamos allá!
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SINOPSIS: La obra pretende hacernos entender que todavía hoy somos romanos (como digo yo, somos romanos del s. XXI). Lo hace hablándonos sobre cómo vivía esa gente de los no tan lejanos monarquía y –especialmente– república e imperio romanos. El autor, en un tono ameno y sorprendentemente ligero, nos refiere la manera en que se entretenían los romanos, en que se gustaban a sí mismos, cómo pasaban el día y cómo era la noche en sus ciudades, cómo veraneaban, como se ajetreaban, cuáles eran sus tipos de relaciones amistosas y amorosas, cómo entendían el sexo, de qué modo se insultaban, en qué clase de viviendas habitaban, cómo vestían, cómo se aseaban, cómo se mimaban, etc. El libro, en definitiva, recorre un montón de aspectos de la vida cotidiana de la antigua Roma y nos hace reflexionar sobre cómo pasa el tiempo, en qué diferimos de aquellas gentes y en qué nos parecemos. Todo esto porque, al fin y al cabo, casi todo lo que nos rodea tiene algo que ver con ellos. En comparación con aquellos romanos, somos, de un modo u otro, romanos del futuro.
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OPINIÓN: Creo conveniente, antes de nada, reproducir las siguientes palabras del autor, procedentes de esa magnífica introducción que inicia la obra: «En algunos aspectos de la vida diaria, la humanidad ha tardado miles de años en recuperar la calidad de vida que suponían las cloacas, la higiene personal o los pisos. La caída del Imperio romano supuso el fin de la civilización y tardamos mil años en que ‘renaciera’ la cultura clásica, de hecho por eso se llama ‘Renacimiento’ a esa época de la historia».
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No puedo estar más de acuerdo con esas palabras. La cultura clásica es fundamental, y tanta es la importancia que tiene y que deberíamos darle que nunca podríamos expresarlo con justicia verbalmente. “Calamares a la romana” es un libro entretenido, con el que me he reído muchísimo (de verdad, que cuando avanzaba en el metro y me desternillaba, había gente que me miraba inquisitivamente), pero lo mejor es que he aprendido un sinfín de cosas que antes desconocía, ¡y eso que soy graduado en Filología Clásica! 
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Por si alguien no lo sabe, en la universidad –al menos en la que yo estudié– se deja bastante de lado la vida cotidiana del mundo antiguo, ni que decir sobre las curiosidades que lo relacionan con el nuestro, porque los estudios se centran en lo que rodea a la literatura y la traducción. Si hablamos del mundo actual, de nuestra sociedad, exceptuando algún programa de curiosidades –el propio autor del libro participa en alguno– o de lugares y momentos esporádicos, y, evidentemente, de un ínfimo número de libros, la cultura clásica está en términos generales muy poco tratada y expuesta, enseñada al público, y mucho menos la vida cotidiana de los clásicos. ¡Sólo hay que ver el interés que ofrecen nuestros políticos en que sea impartida en los centros educativos! En fin… Sea como sea, filólogo o no, cualquier persona va a degustar con grata experiencia las líneas que encierra este libro; yo, aparte de aprender sobremanera y divertirme de lo lindo, he comprendido mejor cuán grande es la deuda que tenemos con los romanos de la Antigüedad, cómo de cierto es eso que digo sobre que somos romanos del s. XXI, y puedo afirmar, sin lugar a dudas, que es uno de los libros que con mejor recuerdo atesoraré en mis estanterías (también, por supuesto, que revisitaré).

Antes de ir a la conclusión, sólo una cosa más: los capítulos y sus títulos están relacionados por el autor con títulos de películas y sobre todo de canciones de la movida madrileña; un detalle que hace que te imagines a los romanos cantando o escenificando momentos clave del cine y la historia española.
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CONCLUSIÓN: Un libro recomendadísimo para todos, con reflexiones del autor que fácilmente te abruman, con pasajes y citas de textos clásicos de una calidad y oportunidad extremas. Imprescindible para los amantes de la cultura clásica y de la historia. Sobresaliente para Emilio del Río.
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CITAS Y PASAJES: 1) «No se trata de crear un club de fans del mundo romano, como bien dice Mary Beard, sino de establecer un diálogo con ellos para conocernos mejor a nosotros mismos y entender el mundo que nos rodea. Eso nos hace tener más sentido crítico y, por tanto, ser más libres. Casi nada. Es algo que no interesa a los que toman las grandes decisiones. Por eso marginan las humanidades clásicas, porque así nos manipulan más fácilmente. Y es que los clásicos, si nos sirven para algo es para la vida, no para aprobar un examen […]». 2) «Nada de lo que nos rodea sería como es si Roma no hubiese existido». 3) «Los romanos socializaban todo. Incluso el cagar». 4) «Séneca lo tenía claro: “No podemos mantener el espíritu siempre en la misma tensión, sino que debemos de tomar alguna distracción” (‘De Tranquilitate animi’ XVII, 4). Nuestro paisano tenía claro que hay que distraerse del trabajo cotidiano para luego rendir más. Hay que darle descanso a nuestra mente para que piense mejor, de la misma manera que los campos se dejan barbechos de vez en cuando para mejorar la cosecha».




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