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SINOPSIS: En Gettlandia, inscrita en los países del Mar Quebrado, una chica llamada Espina Bathu tiene un don para la lucha. Ese don, sin embargo, le causará un gran problema enseguida, y su castigo será terrible. Entretanto, Brand, que admira a la muchacha, desea ser tan bueno como ella en cuanto a la gracia de la Madre Guerra, pero no se ve a la altura. Todo se envolverá en una espiral de sufrimiento, ardor, batalla y misterio cuando el viaje del padre Yarvi tenga como objetivo cruzar medio mundo.
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OPINIÓN: Lo diré desde el principio: es una obra excelente, magnífica e impecable, como la anterior entrega. Es una joya literaria tal que sigo sosteniendo que Abercrombie es actualmente mi autor favorito, con el que más disfruto, aprendo y me obnubilo, el que más me atrapa en sus mundos, muchísimo más que G. R. R. Martin o Sanderson, sin lugar a dudas, lo que no quita que estos sean tan admirables asimismo a su modo; sé que esto que he dicho no lo comparte casi nadie y que incluso hay quien me empalaría por ello si la ley lo permitiese. Pero lo repito como he hecho otras veces: este autor no es que me maraville, no es que escriba muchísimo mejor desde mi punto de vista en todos los sentidos, y no es que las traducciones de sus libros sean infinitamente mejores que las de los susodichos, sino que además podría aducir argumentos narratológicos, retórico-estilísticos y hasta de otra naturaleza para probarlo; lo primero es subjetivo; lo segundo no.
En esta novela, por ejemplo, vemos cómo se lleva a cabo impecablemente el arduo arte de continuar una saga: las historia sigue su trama transversal de la mano de otras nuevas, los personajes tienen un nexo conector entre la primera entrega y la segunda y además la intriga, la belleza del lenguaje y el juego con la mente y la intriga de los lectores se vuelve todavía mayor que en la anterior. Nos encontramos de nuevo con un Yarvi enigmático, pero ahora más maduro e indescifrable; con una reina Laithlin con más presencia e imponencia, y con más poder de asombro; con un rey Uthil anciano, pero pasmante, y, por supuesto, con otros muchos viejos y añorables personajes, pero también con nuevos, tanto o más atractivos e interesantes que los anteriores. Otros puntos fuerte del libro son, evidentemente, la acción rápida pero fluida, las descripciones, el “world building” tan sencillo y a la vez fascinante, los diálogos y sentencias intelectuales y filosóficos tan chocantes y penetrantes, tan verdaderos, como lascas de hierro caídas como quien no quiere la cosa… ¡Y qué finales! En fin, una obra de arte.
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CONCLUSIÓN: Una lectura obligatoria para los amantes de la épica, sea fantásica o no, porque el libro, a fin de cuentas, se encuentra en el borde de la épica medieval, la de ciencia ficción y la fantástica. Sé que “grosso modo” no se puede hablar de autores o libros mejores o peores, y su comparación con los citados y otros cualquiera es odiosa, pero subjetivamente, personalmente, creo que Abercrombie es magnífico y lo recomiendo por encima de otro cualquiera. Esta novela es un perfecto ejemplo de maestría.
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CITAS Y PASAJES DESTACADOS: Como en la anterior entrega, hay muchísimas, pero referiré algunas de pasado el meridiano del libro, porque son las que tengo a mano en la obra en físico (las anteriores las tengo en el eReader). 1) «Debes golpear antes y ser rápida al hacerlo, debes ser más dura y más lista, debes estar siempre pendiente de atacar y debes luchar sin honor, sin conciencia y sin clemencia», de Skifr. 2) «Quizá miramos a los demás y vemos solo las cosas de las que carecemos», de Vialina. 3) «La línea que separa a un hombre loco de uno astucioso siempre ha sido muy fina», de Yarvi. 4) «Lo que más aman los hombres es ver a otros enfrentarse a la Muerte. Les recuerda que todavía están vivos». 5) «Ningún camino digno de recorrer es fácil –repuso el padre Yarvi–. Cada uno de vosotros tiene puntos fuertes de los que el otro carece, punto débiles que el otro compensa. Es algo hermoso, y muy excepcional, encontrar a alguien que… –Miró con gravedad las ramas que se movían sobre ellos, como si pensara en algo muy distante y doloroso–. Que te complete», de Yarvi. 6) «A veces los grandes bienes deben tejerse a partir de los pequeños males», de Yarvi.
