Hi havia una vegada un asceta que meditava a una cova a una muntanya molt llunyana. Portava dies submergit en la seua abstracció quan, un matí, un xicotet ratolí va sentir curiositat, es va arrimar a ell, va pujar a la seua túnica i el va molestar.
—¡Aparta’t! ¡Maleïda sigues, rata punyetera! ¡Ja m’has interromput la meditació!—Es que tinc fam… ¿No tindria vosté per ahí alguna cosa que donar-me per a menjar? —va preguntar el ratolinet.—Tens la cara molt dura. Portava ja molts dies concentrat i l’únic que fas és demanar-me. No tens consideració. ¡Ja estaba molt a prop de la pau trascendental!—¿La pau trascendental? ¿Com vols assolir una cosa tan gran si no eres capaç d’estar amb pau amb un simple ratolí com jo?
¡Feliç dia de
Tots Sants, taverners! Hui, a la
taverna, hem cregut que vos vindria de gust un plat que no féiem des de la
temporada passada, i no és sinó un dels contes del taverner. El que haveu
llegit. Si som sincers, el conte que se’ns ha ocorregut oferir-vos no és
exactament el que haveu trobat. Com que el que voliem transmetre és un poc
diferent al del conte original, el que hem fet ha sigut modificar-lo
lleugerament; l’autor de l’original no l’hem trobat, però sens dubte és un
conte de tradició oriental. ¡Fins el pròxim menú!
* * *
Primero lo más pequeño
Había una vez un asceta que meditaba en una cueva en una montaña muy lejana. Llevaba días sumergido en su abstracción cuando, una mañana, un pequeño ratón sintió curiosidad, se acercó a él, se subió a su túnica y le molestó.
—¡Apártate! ¡Maldita seas, rata puñetera! ¡Ya me has interrumpido la meditación!—Es que tengo hambre… ¿No tendría usted por ahí algo que darme de comer? —preguntó el ratoncito.—Tienes la cara muy dura. Llevaba ya muchos días concentrado y lo único que haces es pedirme. No tienes consideración. ¡Ya estaba muy cerca de la paz trascendental!—¿La paz trascendental? ¿Cómo quieres lograr algo tan grande si no eres capaz de estar en paz con un simple ratón como yo?
¡Feliz día de Todos los Santos, taverners! Hoy, en la taberna, hemos creído que os apetecería un
plato que no hacíamos desde la temporada pasada, y no es sino uno de los
cuentos del tabernero. El que habéis leído. Si somos sinceros, el cuento que se
nos ha ocurrido ofrecerles no es exactamente el que habéis encontrado. Como lo
que queríamos transmitir es un poco diferente a lo del cuento original, lo que
hemos hecho ha sido modificarlo ligeramente; el autor del original no lo hemos
encontrado, pero sin duda es un cuento de tradición oriental. ¡Hasta el próximo
menú!
Bona reflexió!!! 👍
ResponElimina¡Salutacions des de la taverna, Bendi! ;)
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