diumenge, 17 d’octubre del 2021

Reseña de «El camino de los reyes», de Brandon Sanderson (1ª entrega de la saga «El archivo de las tormentas») [Parte 2]


Para ir terminando, destacaré que las tramas secundarias están bien motivadas y trabadas con lo principal, e incluso las tramas terciarias –esas que parecen no tener nada que ver con la historia principal– alcanzan su motivación (he de decir aquí que de algunas que no he acabado de comprender su inclusión en el libro). Se nos presentan a través de interludios entre las partes principales de la obra; suelen ser rápidos y breves, y finalmente les coges el gusto. A raíz de las diferentes tramas y los “flashbacks”: en cuanto a lo sensible en ellas, manifiesto abiertamente que por fin he hallado en el libro algo que hacía muchísimo tiempo que no encontraba en mis viajes literarios; la verosimilitud, la sensación real que provocan, evidencian que el autor ha conseguido tocarme la fibra sensible y hacerme partícipe de los sentimientos de los personajes. Dicho de otra forma: las sensaciones que se propone transmitir Sanderson son realistas, creíbles y efectivas.

Me centraré ahora en otra de las potencias del libro: la originalidad. Hay poco que rastrear de tradiciones occidentales; es difícil hallar interpretaciones y parecidos de la mitología clásica, por ejemplo, porque el “worldbuilding” y su mitología se asemeja más bien a las tradiciones japonesas con los “sprens”, por ejemplo”, o las creencias mistéricas y poliédricas de oriente. Uno de esos pocos paralelismos con nuestra sociedad occidental es una de las religiones, la monoteísta, pero. claro está, este tipo de religiones las podemos encontrar alrededor de todo el orbe a lo largo de toda la historia. Los intelectuales del mundo de Roshar, por ejemplo, se parecen más a antiguos sabios de sociedades de segmentación profesional, pero al mismo tiempo se diferencian en que en el libro los intelectuales suelen ser las mujeres; la escritura y la lectura es poco frecuente que sean conocidas por los varones, y si es así, no está muy bien visto.

A modo de conclusión, acabaré comentando que la obra, además, me ha encantado en lo que respecta a las reminiscencias de lo que es la constitución de la literatura épica antigua. Tiene evidentes características y una forma muy fiel, dentro de lo que cabe, al género en lo que era antiguamente; el desarrollo y la escritura de la obra es flagrantemente actual, pero tiene ese algo, esas luces y momentos y maneras, que recuerdan a lecturas de hace siglos. ¿Por qué? Por los temas que cuestiona, la manera de abordarlos, los enfoques de las escenas, el gusto por la inacción y muchas otras cosas más que sería demasiado denso exponer. La sociedad que representa y su manera de pensar y crear debate es antigua claramente; hay, en mi opinión, un verdadero y manifiesto trabajo de investigación y de correcta construcción de reminiscencias. Esto, a mí, me tiene ganado, sobre todo el trato de los ideales y los valores por parte de Dalinar, que se asemejan, por cierto, a los caballerescos tradicionales; como aspecto literario que suelo trabajar, me ha cautivado y me ha parecido maravilloso. El final (o los finales) de la obra, a este respecto, son, para mí, lo mejor del libro: brillante.

CONCLUSIÓN: Un libro de nota excelente. Tremendamente bueno, aunque, siendo sinceros y justos con el resto de autores y obras titánicos del género, no es el hito que los superará y eclipsará –o no debería– a lo largo de la historia. Tiene sus puntos débiles (“quandoque bonus dormitat Homerus”), y demanda atención, tranquilidad y concentración, pero vale la pena. El final, por ejemplo, es increíble, alucinante, esplendoroso. A mí, a pesar de todo, me ha encantado, y se ha ganado un puesto de honor en mi estante de autores favoritos y más valorados.

CITAS Y PASAJES DESTACADOS (una selección, porque hay tantos…): 1) «Las palabras no están hechas para quedárselas uno. Son criaturas libres, y si se encierran, trastornan el estómago» (capitán de barco que lleva a Shallan); 2) «Un erudito sabe cuándo no perder el tiempo redescubriendo información ya conocida» (Jasnah); 3) «Bueno, considero que el respeto es como el abono. Úsalo donde sea necesario, y florecerán las plantas. Extendiéndolo demasiado, las cosas empezarán a oler» (Kabsal); 4) «Práctica. Tengo la impresión de que es así como al final aprende todo el mundo» (Shallan); 5) «La característica de la inseguridad es la bravata» (Dalinar); 6) «[…] los hombres no son fiables de muchas maneras. Pero si hay algo con lo que puedas contar, es con su codicia»; 7) «Actúa con honor, y el honor de ayudará» (ser de las visiones); 8) «Las emociones de un hombre son lo que lo definen, y el control es la marca  de la verdadera fuerza. Carecer de sentimiento es estar muerto, pero actuar al dictado de cada sentimiento es ser un niño» (Dalinar, sacado de “El camino de los reyes”); 9) «Creo que algo innato en nosotros comprende que buscar el bien de la sociedad suele ser mejor para el individuo también. La humanidad es noble cuando tiene la oportunidad de serlo. Esa nobleza es algo que existe independientemente de los decretos de Dios» (Jasnah); 10) «Cuando los hombres perciben que el mundo está bien, nos sentimos satisfechos. Pero si vemos un agujero, una deficiencia, corremos a llenarlo» (Lirin); 11) «Buscas la verdad, pero también mantienes tu fe. Hay mucho que admirar en eso» (Jasnah); 12) «No es el destino lo que importa, sino cómo se llega a él» (Dalinar); 13) «Cuando otros hombres fallaban, un campo de cosechas tenía gusanos. Cuando fallaba un cirujano, moría alguien»; 14) «Los errores pueden ser divertidos. Hacen que la vida sea interesante. Si tuviéramos la razón todo el tiempo, ¿dónde nos llevaría eso?» (Toral); 15) «Historias y leyendas, Teft. Queremos creer que hubo hombres mejores una vez. Eso nos hace pensar que podría volver a ser así. Pero las personas no cambian. Ahora están corrompidas. Estaban corrompidas entonces» (Kaladin).



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